El Puerto Rico del año 2002
era difuso, gris y distinto al Puerto Rico de los finales de siglo pasado. El
Puerto Rico de finales de siglo habia estado en la boca de todo el mundo, habia
hecho un excelente intento por rebasar su Insularismo y habia llegado al
2000 pletórico de sueños. El Puerto Rico del 2002 languidecia lleno de
instrospecciones, había perdido brillo y
en el listado de asuntos pendientes, la
Guerra contra el Terrorismo y la cacería de Bin Laden tenia mas importancia que
resolverle nada a este pueblo.
Luego de una decada
fulgurante para el Estadismo Puertorriqueño en los 90, donde se ganaron dos
elecciones y se hicieron dos
plebiscitos, las fuerzas
colonialistas se habian hecho del poder en compañía de elementos separatistas
que habian comenzado a ser influenciados por el Chavismo venezolano. Este junte
de colonialistas maltrechos e independentistas
con hambre de poder trajo la persecusión mas antagónica que haya
conocido el Estadismo Puertorriqueño en su historia.

El famoso Blue Ribbon
Committee presidido y compuesto por Colonialistas de izquierda fue una jauría
indómita que se soltó contra todo lo que
fuera o supusiera ser Estadista. Eran
constantes las investigaciones que se hacian, formal e informalmente, contra estadistas.
Semanalmente se radicaban acusaciones que eran filtradas a la prensa faldera
colonial, quienes sin tapujos pre-juzgaban en sus portadas y programas a todo
Estadista supuestamente involucrado. Se detuvo toda aquella actividad económica
donde estadistas estuviesen envueltos, y con ello aletargaron también la
actividad económica de la Isla, quemando la casa para sacar al supuesto ratón. Puro capricho politico que se conocería
después como “la segunda mordaza”.
El asunto de la Marina en
Vieques resulto un catalítico que envalentonó las fuerzas separatistas. El
formidable eje que constituia el partido
colonial, la iglesia tradicional y las llamadas “fuerzas vivas” catapultó la
soberbia insularista y aparecieron Capillas de los Vientos y Altares Patrios.
Heridos de gravedad y con
dificultad para articular alguna respuesta certera, el Estadismo hecho mano a
su razón de existir y comenzaron a aparecer Banderas de Estados Unidos.
Aparecian en los postes durante las madrugadas, se ponian a mediodia, se
utilizaban calcomanias…y tras esa imagen comenzó a aparecer desde las sombras
el vigor estadista.
Queriendo desmerecer el
esfuerzo, las fuerzas de la Colonia y su equipo propangandistico, dieron por
llamar a este noble esfuerzo “La Guerra de las Banderas”. Un episodio
emblemático de esta supuesta guerra fue el de la Capilla de los Vientos donde
la egregia figura de Don Luis Ferré fue protagonista evitando que la Fuerza de
Choque de la Policia levantara un campamento de estadistas donde mismo yacia la
capilla.
Asi las cosas, con la
respuesta estadista articulada a la violencia colonial gubernamental, vino el
contraataque. La entonces Gobernadora Colonial emitió una confusa Orden
Ejecutiva con todos los elementos para
causar multiples interpretaciones. Teniendo recien nombrada a una
independentista en la recientemente creada Procuradoria de la Mujer, esta le
dió a la Orden Ejecutiva, el tinte y la interpretación mas acomodaticia y mandó
a sacar de la Oficina y sus dependencias, la Bandera de Estados Unidos.
La Procuradora de la Mujer
fue advertida en semanas previas a la del 20 de junio de 2002 sobre esta
situación. Hipócritamente la entonces Gobernadora le dijo sobre la situación y
reiteradamente no hizo caso. Cuarenta y ocho horas antes la Gobernadora le dió
un ultimatum y la Procuradora desobedeció.
La fogosa doctora y Senadora
Miriam Ramirez de Ferrer, habia prometido ir directamente a la Procuradoria a
protestar.
Esa mañana del 20 de junio de
2002 frente a la Procuradoria de la Mujer habían docenas de estadistas,
multitud de curiosos, la Prensa, un escuadrón de Policias desplegados en el área
y ciudadanos particulares. Llegaron al lugar el Ingeniero Carlos Pesquera,
presidente del PNP acompañado de líderes, entre los cuales estaban Miriam
Ramirez, Representante Jenniffer González, Secretario General del PNP Thomas
Rivera Schatz, pasado Presidente del PNP Leo Diaz Urbina, el ex-representante
Edwin Mundo, el Representante José Aponte y el lider estadista Peter Muller.
Al ser anunciada la llegada
de Pesquera, ex candidato a la Gobernación del PNP, la Procuradora ordenó que
cerraran la Oficina alegando que tenia que “proteger los empleados” cuando los
que allí llegaron lo hicieron en actitud pacifista, cívica y en tono de diálogo.
Nadie estaba armado. Pesquera se aferró a la Bandera que habia traido y que
procuraba instalar en la recepción de la Procuradoria. A pleno sol, con la
Procuradoria cerrada en dia laborable, Pesquera prometió no salir de allí hasta
cumplir su cometido.
Siete largas horas
trancurrieron a pleno sol. La prensa ganó acceso de alguna manera al interior
del edificio y se podia observar a un sudoroso Carlos Pesquera con su Bandera
de Estados Unidos en la puerta esperando a ser atendido como correspondia. La
Comandante de la Policia en San Juan Wanda Rivera estuvo en todo momento en
control de la situación. Nadie se fue de allí, todos esperaban el momento.
Finalmente un empleado fue a
abrir la puerta, diz que para indicar a Pesquera que no se atenderia. Junto al
empleado bajaron otros, al parecer en refuerzo al que hablaria.
Al abrir la puerta Pesquera
incursionó dentro del edificio con nuestra Bandera de Estados Unidos y detrás
de él los lideres estadistas que permanecieron allí, frente a ellos los
empleados que buscaban impedirle el paso. El forcejeo en las escaleras de
entrada no pudo ser mas épico, los estadistas buscando subir y los empleados
empujandolos hacia abajo. En un momento del forcejeo el chofer de la
Procuradora la emprendió a puños contra el Representante José Aponte causándole
heridas que necesitaron sutura. Pasando los momentos mas críticos del forcejeo
el Dr Pesquera logra zafarse del nudo de fuerza y sube la escalera llegando a
la Recepción….con el NUESTRA BANDERA DE ESTADOS UNIDOS !
Le gritaron improperios y el
respondió con besos, pero alli dejó plantada la Bandera que INDIGNAMENTE la
Procuradora de la Mujer sacó.
Tras los sucesos la
Gobernadora casi inmediatamente, hizo una conferencia de Prensa, donde
prejuzgando al caso, acusó a los estadistas de incitar a un motin. La estrategia estaba trazada y
por dos largos años los Estadistas acusados bárbaramente por estos incidentes,
padecieron la persecusión de los medios, la patente amenaza de perder sus
licencias profesionales, el encausamiento de aquellos electos en la Legislatura
y hasta el riesgo de encarcelamiento.
Carlos Pesquera, Miriam
Ramirez de Ferrer, Jennifer Gonzalez, Thomas Rivera Schatz, Leo Diaz, Jose
Aponte, Edwin Mundo y Peter Muller lograron mantener con su acción y en tiempos
difíciles para el Estadismo, la “llama encendida”.
Hoy 14 años después, nos
corresponde a esta generación de Estadistas mantener encendida la LLAMA del
Plebiscito del 11-6-2012. Al igual que ellos, en tiempos difíciles y con mucha
fe, seguiremos la lucha, y la LLAMA SEGUIRA ENCENDIDA!
Los Estadistas en Puerto
Rico tenemos una deuda de gratitud con estos ocho y con todos los que alli estuvieron
ese 20 de junio de 2002.
Una mención especial merece
la Comandante Wanda Rivera. A cargo de la Policia ese 20 de junio de 2002 fue
clara en todo momento, que aquella situación no era un motín. Wanda Rivera pagó
el precio de que brillara la verdad, al negarse a radicar el informe que daría
pie a la querella contra los ESTADISTAS. …NUNCA LO RADICO. En cambio, por su
acción fue removida de la Comandancia de San Juan (primera mujer en la historia
de la Policia) y fue trasladada al area de Caguas, de donde se retiró, cuando
evidentemente, quisieron fabricarle un caso en represalia.
La Comandante WANDA RIVERA,
mujer, a quién la Procuradora debió haber defendido, se retiró de la Policía y
paso a trabajar con la empresa privada. La muerte le sorprendió a principios
del 2010, a los 53 años y fue sepultada con todos los honores de su rango.
A la valentía de los ocho
estadistas y de la Comandante Wanda Rivera…RENDIMOS TRIBUTO!